NoEsContraTí.EsContraElSistema

miércoles, septiembre 20, 2006

TanSuceptible


Llegamos a baires el 16 de septiembre como buenos chilenos que escapan de las empanadas y la chicha en cacho de la parada militar. Caímos en el centro buscando un hostel como la gente. Había una calle cerrada porque estaban grabando un comercial multimillonario con vista al obelisco. Un desvío, luego otro y depués otro. Cuando le preguntamos al taxista (un peruano que llevaba 15 años en argentina y no aceptaba que tenía acento) qué pasaba. Nos dijo que se conmemoraban 30 años de la Noche de los lápices.

En la Plaza de Mayo había mucha gente muy joven con sus casacas de La Renga y lienzos de Nunca Más. Desde los parlantes salían grabaciones de otras concentraciones en la plaza. La Noche de los lápices fue una salida nocturna de los agentes de a dictadura argentina para capturar y hacer desaparecer a siete estudiantes que reclamaban por su pase escolar. Hasta hoy son detenidos desaparecidos.

En las noticias del otro día mostraban como habían levantado un lienzo gigante para disfrazar de lápiz al obelisco.


En la tarde fuimos con la Shara a los museos de Av. Alcorta. Al MALBA y al de bellas artes. En el primero nos quedamos en la pura tienda viendo los juguetes y las revistas de los grupos de diseño aregntinos. Todo muy cul. Todo muy caro. Se acabaron los días del cambio favorable. Después de eso -y porque estábamos ahí no más- entramos a la Casa de la Cultura de La Recoleta. Había una expo que se llamaba Dissapers, sobre detenidos desaparecidos en latinoamérica. Al fondo de una pared pusieron una instalación de Arturo Duclós de 72 huesos humanos que formaban una bandera chilena Sin Título es su nombre. Es de 1996, nunca la había visto. Y nunca podré olvidar que la vi. También estaba a obra de Marcelo Brodsky donde muestra una foto de sus compañeros de la primaria y escribe sobre ella qué fue de ellos. Varios estaba desaparecidos.

Salimos de ahí callados, súper conmovidos. Si hay algo que une latinoamérica, más allá del idioma es su historia. Y es fuerte recordarla. Sobre todo si es reciente y tú sabes de qué se trata. Después de eso nos fuimos e hicimos lo que uno hace en Baires cuando va: caminar, mirar, perderse lo suficiente y comprar. Visitamos a la prima de la Shara que estaba de cumpleaños y embarazada.

Baires sigue siendo una gran ciudad. Lo más cerca que uno puede estar de una de verdad grande. Una que no se olvida que alguna vez se vió tan suceptible.